28.6.08

El Señor de los Clanes


Recientemente he podido leer la novela titulada El Señor de los Clanes (Lord of the Clans, Pocket Book 2001) publicada en España por La Factoría de Ideas en el año 2005, de la autora norteamericana Christie Golden.
Debo reconocer que tomé el libro sin muchas ganas, pensando al principio que sería tan aburrido como suele serlo la Dragon Lance. Sin embargo, me llevé una muy grata sorpresa. No ya porque sea una buena lectura, sino porque es un libro. Sencillamente, un libro.
Digo esto a razón de que, tristemente, el género de espada y brujería está en manos de unos cuantos escritores que, a través de algunas colecciones de usar y tirar, han llenado las librerías de medio Occidente con páginas y páginas de paja y garabatos mal compuestos. La situación degradada de este campo, su escasa fama o su relación automática con el frikismo casposo, es resultado de unos escritores infantiloides, carentes de estilo, y de un público que lamentablemente s
igue comprando estas cuasinovelas sin exigir algo más de calidad.
No obstante, para nuestra sorpresa, Christie Golden nos ofrece un trabajo de un nivel más que aceptable, brillante podría decirse, si lo comparamos con todo el lodo narrativo que le rodea en este maltratado género. Más aún si tenemos en cuenta que es un libro orientado a los usuarios del videojuego, a menudo gente que no busca rigor argumental ni corrección literaria, sino que se conforma con tramas facilonas y absurdas siempre y cuando incluyan a sus personajes favoritos. Sin embargo, la autora nos permite saltar del videojuego al libro y no estrellarnos contra una pared de burda escoria mal escrita, sino con una auténtica novela, un verdadero libro que, por desgracia, tal vez no será apreciado por aquellos que sin duda sólo quieren poder decir que Thrall tiene un martillo muy guapo o que el malo es muy heavy.
Por muchos otros sí. Algunos que fueron desanimados, pensando que seguramente, lo mal visto de un videojuego produciría un libro simplón, fácil y justito, por no decir malo. Otros muchos
que, como yo, pasamos directamente a la lectura sin recorrer antes un juego que, por otro lado, tiene unas recomendaciones más que fiables.
Así, descubrimos no la historia de un bestia machaca-mucho, lo que por desgracia más ha trascendido del ya nombrado Thrall; sino una auténtica reflexión sobre un personaje torturado, carne convertida en mercancía, esclavo, gladiador y guerrero. Una criatura que, página tras página, explora los rincones de su propia existencia, dura y fría, para aprender y construirse una personalidad sólida que le permita enfrentarse a un destino que teme y desea al mismo tiempo. Golden investiga a Thrall y al mismo tiempo reinventa a los orcos, unos orcos tan complejos que casi parecen reales, humanos; unos orcos que la escritora aprovecha para instituir, ni más ni menos, que en un alegato contra el racismo y la esclavitud. Nos planteamos a través de los ojos rojos de estas bárbaras criaturas míticas, cuáles son las diferencias, qué significa el color de la piel o verse privado de la libertad desde la existencia más temprana.
Una mención especial merece también el personaje de Aedelas Blackmoore. Guerrero de segunda división, estigmatizado por pertenecer a una familia poco reconocida, este sujeto patético, borracho y cruel se convierte también en una reflexión sobre las personas malas, pura y llanamente malas; nos preguntamos continuamente, leyéndole, si de verdad este ser malvado es así por genética, tiene sus motivos para ser el villano de la historia o si simplemente se comporta como mejor sabe.
De esta novela cabe destacar su originalidad, la calidad poco habitual en este sector y su entretenimiento. Quizá se le acusa una historia tal vez demasiado poco pulida, bruta, unos personajes que podrían estar aún más explotados y ciertos errores de la trama que nos chirrían a medida que ésta avanza. Sin embargo, recomiendo a todos los aficionados al género su lectura; y aquellos que huyeran de él por su acostumbrada mala calidad, la oportunidad de descubrir un auténtico libro entre la paja que normalmente nos ofrece.

imagen: RolCraft

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