27.11.08

Postal²

Probablemente Postal² (Running With Scissors, 2003), secuela de Postal (1997) sea uno de los videojuegos peor valorado y más injustamente olvidado de los últimos años.

De culto para algunos, desconocido para la mayoría, y sólo mencionado en los medios para criticar su explícita violencia (el juego llegó a ser prohibido en Nueva Zelanda y Australia, bajo acusaciones de ultra-violencia, racismo y machismo) quizá sea Postal² la mejor denuncia que el mundo del videojuego ha lanzado contra su actual situación y los prejuicios que le afectan.
El planteamiento del juego es sencillo. Controlamos, en una tradicional primera persona, a Dude, el protagonista, quien del lunes al viernes deberá realizar diversas misiones como comprar la leche, pagar sus multas, confesarse en la iglesia... Estas misiones nos darán oportunidad de recorrer la ciudad de Paradise, Arizona, escenario donde se ambienta el juego.

A la hora de cumplir nuestro cometido, tendremos oportunidad de adoptar una actitud relativamente civilizada o dejarnos llevar por nuestros instintos violentos. Para ello dispondremos de toda clase de armas, entre ellas algunas insólitas como cócteles molotov, tijeras, gasolina y cerillas o una cabeza de vaca infectada por ántrax.

Sobra decir que la tentación de abandonar la misión para explorar el entorno e interactuar con él es inmediata. Se nos permite visitar toda clase de establecimientos y viviendas, así como nos cruzaremos con multitud de viandantes. Al igual que ocurre en Grand Theft Auto, podemos pasar horas y horas simplemente jugando a causar destrozos, masacres o combatiendo con la policía.

Postal² ha sido criticado fundamentalmente por excesivamente violento y, sobre todo, por su incorrección política. En el juego aparecen retratados diversos estereotipos: el típico musulmán regente de un "todo a cien", los clásicos paletos norteamericanos redneck, fanáticos religiosos, sadomasoquistas e incluso una secta de hippys iluminados.

La crítica y las autoridades internacionales interpretaron la aparición de estos estereotipos como una muestra de burla u odio. Yo pienso que su intención verdadera está clara: una denuncia brutal y directa, casi despiadada, de muchos de los vicios de la sociedad estadounidense y, en general, de toda la cultura occidental.

Postal² es, en primer lugar, un esperpento; esto es, ofrece una visión deformada y grotesca de la América profunda para presentar, al mismo tiempo, una crítica completamente intencionada contra ella. Racismo, incultura, consumismo, brutalidad policial, corrupción, todos ellos defectos muy arraigados en esta sociedad que son recorridos y golpeados por el juego.
Pero no sólo es a la decadencia yanqui a la que se denuncia. Postal² también es una desesperada queja acerca de lo que está ocurriéndole al videojuego. Los desarrolladores de RWS se lamentan de que se persiga a esta nueva forma de arte, por ignorancia y miedo, del mismo modo que se hizo en pasadas épocas con el cine o la literatura. De hecho, nuestra primera misión será acudir a las oficinas de esta empresa para cobrar nuestro sueldo, como personaje del juego. Ante sus puertas nos encontraremos con un grupo de exaltados, que piden la prohibición de los videojuegos violentos y el linchamiento de Vince Desi, gurú de Running with Scissors, todos ellos armados hasta los dientes.

Postal² es también una parodia del videojuego que la industria está construyendo. Un videojuego que deja de lado la artesanía, el guión y la trama para centrarse en la acción simplona y en la exhibición gráfica, con objetivos puramente comerciales. Una industria que ignora el arte. Tan sólo hay que comprobar qué clase de misiones se nos enconmienda (todas ellas tareas cotidianas) un claro guiño a las tópicos objetivos que solemos cumplir en los juegos de acción convencionales. El mismo Dude, es una parodia del clásico héroe, al mismo tiempo que ridiculiza al tradicional castizo norteamericano. En lugar de manejar a un aguerrido espía internacional o a un policía insobornable, controlamos a un tipo mediocre, violento y casado con una esposa a la que odia (Postal Bitch, como aparece en los créditos).
Según el crítico Justin Leeper, "Running With Scissors es el mejor y el peor ejemplo de inconformismo en la industria del videojuego", opinión que comparto. Tal y como él dice, "algunos de los mejores artistas incomprendidos que en la historia han bailado en torno a la línea que separa el arte de la obscenidad".

Este producto es también especialmente reseñable por su detallismo. Como dijera antes, lo sustancial del juego no consiste en su desarrollo misión a misión, sino en nuestra oportunidad de explorar el entorno a discreción. En él hallaremos toda clase de fauna y detalles. En cada cartel que veamos en locales o calles, cada rótulo comercial, cada graffitti, monumento o incluso hasta en un miserable paquete de tabaco, podemos encontrar un mensaje humorístico o una denuncia social. Lo mismo nos ocurre en el desarrollo de las misiones, donde sutilmente se nos dejará caer planteamientos que nos harán pensar sobre política, religión o cultura.

Gráficamente el juego resulta correcto. Los personajes son convencionales, aunque cabe destacar un motor de física muy avanzado para la época. Si bien los escenarios no son especialmente vistosos, resulta fascinante la cantidad enorme de detalles que los adornan. El control es también sencillo y muy jugable, y la originalidad de las armas disponibles regalará al jugador muchas horas de entretenimiento. A esto hay que añadir las muy divertidas secuencias de acción, que nosotros mismos podremos improvisar cuando lo deseemos. En ocasiones, incluso, nos veremos involucrados en los espontáneos tiroteos que los vecinos de Paradise mantienen, sin sentido alguno, con la policía. Como elemento negativo, hay que señalar una inteligencia artificial mejorable y, sobre todo, unos eternos tiempos de carga.

En definitiva, Postal² es, a mi juicio, un juego completamente imprescindible para cualquier aficionado del sector. Una obra de culto, minoritaria pero indispensable. Tal vez algún día, en un futuro, este producto ahora underground tenga el reconocimiento que se merece, aunque la industria parece estar avanzando hacia otros destinos. Resulta lamentable que un trabajo de esta calidad haya pasado inadvertido para la mayoría, salvo para ser vapuleado por aquellos que siguen empeñándose en hacer del videojuego chivo expiatorio para los males de nuestro tiempo. Desde aquí lo aviso: si alguien espera que Postal² pueda educar a sus hijos, que vaya pensando en comprar otro juego.

Yo me limito a recomendar encarecidamente esta pequeña joya; jugarla con tranquilidad, visión crítica y ánimo de pasarlo bien. Postal² no nos decepcionará a este respecto. Mientras otros se convierten en auténticos mitos sin merecerlo, Vince Desi, en mi opinión un genial artista, será en el mejor de los casos desconocido, cuando no demonizado por atreverse a desarrollar una obra escatológica. Postal² pasará al olvido y los estupendos realizadores de Running With Scissors serán ignorados o vituperados, pero con seguridad conseguirán una cosa: fascinar a quien se atreva a jugar sus creaciones y hacerle pasar muy buenos ratos.

De momento, nos quedamos con un juego sobresaliente y esperamos la tercera parte de la saga, ya anunciada. Parafraseando de nuevo a Leeper, "estoy deseando ver lo próximo que harán estos bastardos".

imagen: Wikipedia, Softpedia

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